La industria hotelera en los últimos años ha crecido a un ritmo acelerado para adaptarse a las preferencias del cliente, sin embargo gracias al avance tecnológico se diversificaron las opciones de reserva y planificación viajes con la aparición de plataformas como Airbnb que representan actualmente una competencia fuerte para los hoteles en especial cuando se trata de la nueva generación conocida como millennial.
Airbnb es una empresa y un sitio web dedicado a la oferta de alojamientos a particulares y turistas creada en el 2008, que cuenta con más de dos millones de afiliados en todo el mundo los cuales en un principio ofrecen alojamientos más económicos que los hoteles. Se convirtió en un fenómeno que no pasó desapercibido para la industria hotelera.
El segmento de la población joven más conocida como milenials en la actualidad constituye un mercado interesante que a futuro, específicamente para el 2020 se estima gastarán aproximadamente 1.4 billones de dólares sólo en viajes, una cifra considerable por la que compiten tanto los hoteles como los alojamientos informales.
Al momento de elegir el lugar donde hospedarse durante un viaje, el presupuesto del viajero determina la decisión final y en el caso de los milenials resulta ser el factor principal para optar alojarse en viviendas particulares.
Los hoteles se rigen por normas legales que les exigen cumplir con estándares de calidad para ser acreditados debidamente y a partir de ello, ofrecer sus servicios al público. Éste fue un punto muy cuestionado de Airbnb que debe adaptar los establecimientos ofertados en la página web en base a las normas vigentes y a su vez mejorar la comodidad de las viviendas, ya que al no contar con los requerimientos legales para operar y el estándar de calidad adecuado son considerados competencia desleal.
El respaldo legal, el servicio y las comodidades propias de los hoteles más allá del precio aún son considerados las opciones más viables durante un viaje, inclusive para la generación más joven según reveló la consultora LendEDU.
El desarrollo de páginas web y redes sociales de los hoteles contribuyó a generar un espacio donde las personas pueden interactuar y conocer los diferentes precios para una habitación donde sobre todo se busca ofrecer los servicios teniendo en cuenta el presupuesto de los viajeros.
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