En junio pasado, Anguilla fue declarada como un destino “sin casos” de COVID-19 por la Organización Mundial de la Salud y continúa en la clasificación de “Sin aviso de salud para viajeros: riesgo muy bajo para COVID-19” por el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos. Hasta el momento, no hay casos activos o sospechosos en la isla y el gobierno implementó nuevos protocolos de seguridad para la segunda fase de reapertura de Anguilla desde el 1 de noviembre. 

Los viajeros deben completar una aprobación previa en línea, proporcionar un resultado negativo de la prueba obtenido de tres a cinco días antes de la llegada y un seguro médico que cubra los posibles tratamientos relacionados con COVID-19. Después de realizar una prueba de PCR a la llegada, los huéspedes podrán relajarse en la “burbuja” de su alojamiento aprobado durante 10 días (o 14 días si la prevalencia del virus en el país de origen es superior al 0,2%). Posterior a una segunda prueba negativa, el Ministerio de Salud autoriza a los huéspedes a explorar la isla.

Algunos de los resorts más famosos, hoteles boutique y demás propiedades de Anguilla empiezan a recibir huéspedes, como: el Four Seasons Resort & Residences Anguilla, CuisinArt Golf Resort & Spa Anguilla, Belmond Cap Juluca y Frangipani Beach Resort. Otro que reinicia es el Tranquility Beach, el resort más nuevo del destino, inaugurado en enero de este año.

Como el área del Tranquility Beach es parte de la “burbuja” de la región de Meads Bay, los huéspedes que estén de vacaciones en el lugar pueden nadar en el mar, usar sillas de playa y, desde mediados de noviembre, pueden cenar en el Straw HatBlanchards y otros restaurantes. Disfrutar del golf con distanciamiento social en el CuisinArt Golf Resort & Spa, alquilar un bote para hacer esnórquel o preparar una barbacoa de langosta en una playa desierta, también son opciones para los huéspedes de la zona.

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