La manipulación de la materia a escala nanométrica ha llegado a la hotelería para ponerse al servicio de la limpieza. Además de permitir la autodesinfección de habitaciones, la tecnología reduce la carga de trabajo y el consumo de recursos energéticos.
La tecnología inteligente está revolucionando la industria con propuestas que hasta hace unos años eran consideradas futuristas e incluso poco viables. Además de las llaves digitales, los robots de conserjería, los sistemas automatizados y la asistencia virtual, la industria de la hospitalidad está apostando a la nanotecnología para la limpieza de sus instalaciones. Por el momento, está siendo puesta a prueba mediante su implementación en algunos hoteles del exterior para la autodesinfección de habitaciones y suites.
Uno de los primeros hoteles en apostar por esta tecnología es el recientemente inaugurado Hotel Ottilia de Copenhague. La propiedad, en asociación con una empresa danesa de saneamiento sostenible (ACT.Global), está empleando un producto denominado ACT CleanCoat que básicamente consiste en un aerosol que al ser aplicado sobre las superficies, y una vez expuesto a la luz solar, descompone bacterias, virus, esporas de moho aéreas y compuestos químicos.
El innovador producto permite un revestimiento similar al teflón, purificando y desodorizando los ambientes hasta por un año. La firma ACT.Global afirma en su sitio web que el producto no es dañino para la salud ni provoca reacciones alérgicas, dado que se queda adherido a las superficies siendo únicamente necesario aspirar y sacudir los pisos, las alfombras, los muebles, sin el empleo de algún otro producto de limpieza que podría ser irritante como puede ser el caso del cloro.
El principal componente del ACT CleanCoat es el dióxido de titanio, un óxido natural que se usa en cosméticos, protectores solares y como aditivo alimentario. Dada sus características es indetectable, inodoro e invisible a simple vista. A esto se suma el hecho de que si bien es actualmente costosa su aplicación (USD 2.500 por habitación) solo requiere de una al año, reduciendo a la mitad la carga de trabajo así como el consumo de agua y los gastos de mantenimiento.
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