Las necesidades de los huéspedes no son las mismas que hace 10 años atrás, hasta incluso las preferencias del 2019 pueden haber cambiado en tan sólo un mes por lo que se necesita realizar un análisis profundo sobre qué busca el cliente en 2020. Los “hoteles destino” aparecen como una tendencia con gran potencial.

¿Qué diferencia existe entre un hotel y un resort?, estas características están bien definidas y la mayoría de los profesionales ligados al rubro deberían conocer los puntos distintivos de uno u otro, pero de todos modos vamos a recordar estas diferencias. Los hoteles son edificios preparados para alojar personas y es la alternativa más utilizada por aquellos que viajan por motivos de trabajo y turismo (visitar sitios de interés y atractivos del destino); mientras que los resorts además de contar con ubicaciones privilegiadas (cercanas al mar, montañas, ambientes naturales) ofrecen diversas propuestas de ocio, sin tener que salir del recinto.

Ante el ajetreo de las grandes ciudades y el estrés propio de la rutina diaria, los viajeros buscan reconectarse con su esencia -que en ocasiones implica desconectarse del ruidoso entorno- sin necesidad de arrastrar la tensión en sus vacaciones. Los viajes por placer suponen encontrar el relax deseado, pero al recorrer las populares urbes y sus atractivos turísticos al final uno puede terminar sintiendo algo de cansancio al regreso de su travesía.

Precisamente por ello los hoteles destino representan una de las principales tendencias para este 2020, ya que cada vez son más las personas que optan hospedarse en un complejo de alta categoría que dispone de instalaciones confortables y opciones de entretenimiento para diseñar la experiencia a medida dentro de la propiedad. Las agotadoras jornadas laborales y el movimiento incesante por doquier invitan a disfrutar unas vacaciones relajadas, algo que muchas veces se consigue sin salir del hotel.

Entre los beneficios de este tipo de alojamientos figuran: la posibilidad de realizar una amplia gama de actividades al aire libre (deportes acuáticos, caminatas en la playa), disfrutar de masajes y tratamientos de belleza, degustar exquisita gastronomía, compartir de forma cercana con amigos, pareja o la familia y descubrir nuevos placeres que por lo general están al alcance de la mano.

Si bien parte de los viajeros considera inadmisible visitar una afamada metrópoli y no recorrer a profundidad su principales lugares turísticos, la realidad es que los hoteles destino constituyen la alternativa perfecta para quienes buscan experimentar una estadía tranquila.

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